martes, 22 de enero de 2008

Mucho Espacio



Hay gente que ocupa mucho espacio. Todo el espacio.
Usted está tranquilamente, tomando un café con una o varias personas. Hay un clima, un tono, un tema de conversación definidos. Entonces, llega alguien a la mesa y ocupa todo el espacio: cambia el clima, el tono, el tema. Todo cambia, todo se altera. Estas personas no se adaptan a lo que se encuentran: imponen su mundo, y el resto se acopla.
Normalmente, es gente con mucha energía, que gesticula mucho y muy grande, y que tiene tendencia a hablar muy alto y muy deprisa. Aunque a veces pueden llegar a ser muy irritantes, en general, no suelen generar rechazo. Al revés: los demás suelen callar y escuchar, entre perplejos y admirados.
Son animales sociales.
Después, en la intimidad, estas personas cambian por completo. Son mucho más calladas y receptivas, capaces de empatizar fácilmente. Desconcierta un poco el cambio. Tengo algunos buenos amigos que son auténticos y genuinos animales sociales.
Pero también está la gente anónima que ocupa mucho espacio. Son esas personas que, en el videoclub, se colocan delante de usted para mirar las películas y le tapan por completo la visión, como si usted no estuviera ahí. O esas otras personas que, cuando usted está por salir de una tienda, entran enérgicamente por la puerta sin buscar siquiera contacto visual. O esos otros que, mientras a usted lo están atendiendo en la Fnac, golpean al señor dependiente en el hombro para preguntarle por la última película de Ang Lee.
Todas las personas del mundo que ocupan mucho espacio, todas, tienen en común una cosa: ignoran que el espacio es limitado, y que cuanto más espacio ocupan ellos, menos espacio dejan a los demás.


2 comentarios:

RALZ dijo...

Y esas personas que piensan que entran solas en un vagón de metro en plena hora punta, y las que se ponen la música del móvil a todo trapo en el tren, esas también..

Rafa dijo...

Y al revés: hay gente que ocupa muy poco espacio social y luego, en la intimidad, se multiplican.