He elegido el mejor día para ver Funny Games. Como hoy tenía un sábado de los de pocas palabras, me he alquilado la película más amable y optimista que tenían en el videoclub: me he ido al mostrador, le he pedido cuarto y mitad de alegría, en lonchas finas, y me ha dado esta película. Mentira. La he elegido yo misma porque hacía tiempo que quería verla y porque, en el fondo, me va la marcha: si estoy triste, quiero estar más triste.
De M. Haneke sólo había visto La Pianista, que me dejó agarrada al sofá con las veinte uñas. La secuencia de la bañera y la cuchilla se me quedó grabada a fuego.
Y ahora, esto. Qué barbaridad, que crudeza, que fiesta de dolor. Véanla. Para mí, lo más inquietante desde el segundo uno: los guantes blancos.
No entraré en análisis intensos. Pero hay una pregunta, que aún siendo la de siempre, no puedo dejar de hacerme después de ver esta película: ¿Por qué habrá aceptado Haneke hacer un remake (que parece casi idéntico al original) con los yanquis diez años después? Es como lo de las versiones en la música: si no vas a aportar nada a la canción original, no te molestes en sacar la guitarra de la funda. Qué pérdida de tiempo.
De M. Haneke sólo había visto La Pianista, que me dejó agarrada al sofá con las veinte uñas. La secuencia de la bañera y la cuchilla se me quedó grabada a fuego.
Y ahora, esto. Qué barbaridad, que crudeza, que fiesta de dolor. Véanla. Para mí, lo más inquietante desde el segundo uno: los guantes blancos.
No entraré en análisis intensos. Pero hay una pregunta, que aún siendo la de siempre, no puedo dejar de hacerme después de ver esta película: ¿Por qué habrá aceptado Haneke hacer un remake (que parece casi idéntico al original) con los yanquis diez años después? Es como lo de las versiones en la música: si no vas a aportar nada a la canción original, no te molestes en sacar la guitarra de la funda. Qué pérdida de tiempo.
4 comentarios:
A mí me jodió la vida. Encima la vi en el cine, sin escapatoria. No da tregua ni un puto minuto, cada segundo de metraje es peor que el anterior. Desde entonces me autocensuro con rigor ante cierto cine. Jamás veré Irreversible, por ejemplo, ni asomo de curiosidad. No puedo, es que no puedo.
A mí me pasa un poco como a ti, tiendo a "revolcarme" en la tristeza o en un mal día, así que elijo esas películas en el día menos indicado (debe ser una especia de masoquismo interior). Tomo nota entonces. Besos.
Sobre la peli y su cartel:
http://setentacien.blogia.com/2007/100301-haneke-en-lugar-de-haneke.php
Lo dicho: un remake idéntico. ¿Por qué? Sólo se me ocurre (quiero pensar) que es su manera de reírse de los yanquis: "¿que queréis remake? Tomad taza y media". Igualito, plano a plano, música, créditos, todo.
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