La calle de la Cruz es mi nueva Meca. El otro día me arrodillé y besé el suelo, después de que el Maestro Sabina pasara en coche por ahí y me regalara una sonrisa. He marcado el punto exacto del encuentro con una colilla, para no olvidarlo.
Cuentan que, durante una gira en Argentina, una pareja se abalanzó encima del coche en el que iba Sabina. Ella estaba embarazada. Él llevaba un niño en brazos. "¡Espera, espera!", decía él mientras golpeaba el cristal del coche. Sabina bajó la ventanilla. "El niño", decía el hombre, "le pusimos Joaquín por vos". "Ah, muy bien, muchas gracias", respondió Sabina. "¡Espera, espera!", continuó el hombre, y señaló a su mujer. "Está embarazada de una niña. Le vamos a poner Sabina". Joaquín Sabina les dedicó su siguiente concierto.
7 comentarios:
Y no me extraña nada, yo también hubiera besado el suelo!
Pero Sabina es un cutre, ¿no? Canta fatal y cae fatal.
Un cutre y un rojo de mierda que defiende la alegría y que termina a leches con todo Dios (lease fito paez y recientemente el otro rojeras ese, el tal Serrat)Sabina es pa loosers, como Dire Straits
Seguro que usted es mucho más de Siempre Así, Sr. Anónimo. Me parece estupendo.
Que grande Sabina!!
Corría el loco 2006. Estábamos en Almería. Llevábamos todo el verano siguiendo la gira de Joaquín. Algeciras, Sevilla, Málaga, Úbeda. Nos alojábamos en el NH de Almería. Sabina y sus músicos también. Mi Luisita llevaba el vestido de algodón de los conciertos,y se le olvidó algo en la habitación y tuvo que subir de nuevo. ¿A que no sabéis con quien bajó tres pisos en ascensor? Desde ese día siempre que puede, cuenta que compartió ascensor con él.
A la mañana siguiente, después del concierto, J.S. tomaba una cerveza en la recepción del hotel. Yo no podía ni hablar. Mi Luisita le pidió un autógrafo.
-Descubrí tus canciones gracias a él- dijo mi amor señalándome
-Eso son daños a terceros-dijo Joaquín.
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