miércoles, 20 de febrero de 2008

Lizz Wright

No hago la ola, porque hacerla sola es agotador.




Esta señora tiene una voz sobrehumana, unos graves que hacen retumbar los cimientos, un chorro brutal con esfuerzo cero, un abanico de matices que ni sumando a 15 de nuestros artistas más sólidos. Y tiene los brazos más largos que he visto en mi vida.
Ayer estuve en uno de esos conciertos en los que te gustaría convertirte en cuerda de la guitarra, en micrófono, en baqueta, en púa. Lo que sea, con tal de poder formar parte de eso que está sonando.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, suena muy bien. Me recuerda a Tracy Chapman, aunque menos "social despair"

Iraultza dijo...

Suena a metal de humo o humo metálico, a algo muy suave y muy resistente, a una noche inesperada y placentera, a perder la cabeza junto a alguien sin pensar más allá...a historias que contar. Besos.