Qué calor. Cada día, estoy descubriendo glándulas sudoríparas nuevas, rincones por los que no sabía que se podía sudar y que se empapan sin moverme del sofá. Busco posiciones diferentes, malabarísticas, para tratar de no tocar piel con piel. Pero no sirve de nada. Sigo sudando.
Tengo que aprender a levitar como Criss Angel -pero en horizontal- para que ninguna parte de mi cuerpo esté en contacto con nada. Y me iré así, levitando, a hacer la compra, al banco. Y cuando quede para tomar un café con algún amigo, yo me lo tomaré con hielos y flotando a medio metro de la silla, que seguro que estará forrada en cuero. Y cuando vaya en metro, levitaré un palmo por encima de las cabezas de la gente, y podré descubrir las calvicies incipientes de los universitarios presumidos. Y un buen día, me contratarán para hacer de SuperGirl en algún remake de serie B, porque mi capacidad abaratará muchísimo los costes de producción.
3 comentarios:
Y "casa ace" no es precisamente un lugar refrescante...
¡Suerte y ánimo!
Holaaaa.
Sin embargo, en Santander, hace frío y llueve, de hecho me he tenido que ir a comprar algo de abrigo, es lo que tiene el norte.
Besos
unas palabritas mágicas: aire acondiconado.
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