miércoles, 14 de noviembre de 2007

Ahora


Ahora que he vuelto a ser yo, no more nosotros; ahora que he vuelto a casa de Antonio como si fuéramos universitarios otra vez, pero con menos nocturnidad y bastante más alevosía; ahora que yo duermo en el altillo y Antonio duerme en la habitación que tiene la calefacción y los dos armarios, y no al revés, como antes; ahora que él se acuesta sabiendo qué hora es, porque él sí se comporta como un adulto, mientras yo no miro el reloj y sólo espero a que el sueño me vaya colocando en horizontal...
Ahora, todas la noches, me encuentro que, cuando me quiero meter en la cama, no tengo pijama, porque el pijama está DENTRO del armario EN la habitación de Antonio, donde él duerme plácidamente hace horas. Y antes no me importaba dormir sin pijama en mi altillo sin calefacción ni armarios. Pero ahora ya sí, ahora hace frío, y esto de subirse los calcetines hasta las entréculas por sistema para poder dormir sin morir congelada no me parece serio.
Así que Antonio, por caridad, sé que a ti tu memoria te respeta más que a mí la mía: antes de acostarte, recuérdame que saque mi pijama del armario.


3 comentarios:

Joserra dijo...

Solución, el pijama, debajo de la almohada.

sti dijo...

Pues claro, coño, ya lo sé.
Pero como me lo quito abajo todas las mañanas, antes de vestirme, lo guardo en el armario. Me suele dar pereza subir, y siempre se me olvida que por la noche volveré a olvidarme de sacarlo.

Anónimo dijo...

Jajaja, vale, me acordaré del tema pijama... :-)