Pienso mucho en ese momentazo de la Lista de Schindler en que Ralph Fiennes levanta los dedos y dice "Yo te perdono". Me encanta cómo el tipo convierte el Perdón en el mayor símbolo de poder posible. Perdonar mola. Es muy difícil hacerlo bien, pero mola.
Por suerte, no he tenido demasiadas oportunidades de poner a prueba mi heroicidad con esto del perdón. Pero sí, alguna he tenido. ¿He pasado la prueba? A veces sí, a veces no.
Cuando te ves en esa disyuntiva, con la persona que te ha jodido delante de ti, pequeñita pequeñita, mirándote con cara de cordero degollado, tu cuerpo pasa por una montaña rusa emocional de AgárrateYNoTeMenees. Por un lado, están el dolor y la rabia, ese instinto de arrancarle todos los pelos de la cabeza en grupos de 5 unidades como máximo; y por otro, están la empatía y el cariño, la compasión. La cabeza pone en marcha a mil por hora los mecanismos para poder comprender POR QUÉ te han podido putear así, para poder justificarlo como sea.
Porque, no sé ustedes, pero yo suelo querer perdonar. Sólo que a veces, no sé hacerlo. Estos mecanismos míos no deben de ser de última generación. A veces faltan piezas, o las ruedas no están los suficientemente engrasadas. Pero otras veces, sí. Otras veces he podido hacerlo.
No me las voy a dar de Teresa de Calcuta, porque les estaría mintiendo. No creo en el Perdón Absoluto, porque lo que se ha roto, roto está. Pero sí creo en el Perdón Suficiente.
Por suerte, no he tenido demasiadas oportunidades de poner a prueba mi heroicidad con esto del perdón. Pero sí, alguna he tenido. ¿He pasado la prueba? A veces sí, a veces no.
Cuando te ves en esa disyuntiva, con la persona que te ha jodido delante de ti, pequeñita pequeñita, mirándote con cara de cordero degollado, tu cuerpo pasa por una montaña rusa emocional de AgárrateYNoTeMenees. Por un lado, están el dolor y la rabia, ese instinto de arrancarle todos los pelos de la cabeza en grupos de 5 unidades como máximo; y por otro, están la empatía y el cariño, la compasión. La cabeza pone en marcha a mil por hora los mecanismos para poder comprender POR QUÉ te han podido putear así, para poder justificarlo como sea.
Porque, no sé ustedes, pero yo suelo querer perdonar. Sólo que a veces, no sé hacerlo. Estos mecanismos míos no deben de ser de última generación. A veces faltan piezas, o las ruedas no están los suficientemente engrasadas. Pero otras veces, sí. Otras veces he podido hacerlo.
No me las voy a dar de Teresa de Calcuta, porque les estaría mintiendo. No creo en el Perdón Absoluto, porque lo que se ha roto, roto está. Pero sí creo en el Perdón Suficiente.
7 comentarios:
Es cierto.
Para muxos,perdonar es un acto que cuesta muxisimo,k les totalmnt imposible, y para otros,es lo mas facil y pueden perdoar hasta las peores putadas( creo k yo misma me acerco mas a los segundos).
Aunque no creo en el perdon absoluto,aunk,como muybien has dixo,si en el perdon suficiente.
saludos
Es que Lord Voldemort es tan guay que puede perdonar a quien quiera, hasta en escala de grises y llevando un uniforme nazi. Besos.
Amon Goeth, qué miedo... de hecho, a mí me da casi más miedo cuando levanta la mano, en ese momento justo antes de decir "te perdono", porque no sabes qué carajo va a hacer... antes, por lo menos, era previsible en su psicopatía.
De todos modos, esa peli da para mantener un blog entero durante dos años... a mí me mata especialmente el momento "podría haber hecho más" del venerable Neeson. Claro que Juanma + Spielberg = objetividad cero. En fin, besos y perdón por la parrafada!
Perdonar completamente es muy difícil... Yo suelo tener más hacia el olvido. Mantener un enfado o una ofensa requiere de una gran energia.
Amon Goeth, el personaje más fascinante de toda la peli, sin duda, y su etapa del perdón, lo mejor.
Y el perdón, yo soy de perdón fácil y de memoria corta, así que perdono como quien no quiere la cosa, pero luego, al tiempo, me olvido de haber perdonado. Y vuelve el rencor, que es mucho más entretenido, dónde va a parar.
Guapa!
Enhorabuena por todo!!
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