Me he tenido que comprar otra bici. No quería.
Estaba decidida a encontrar la mía. Por eso, he estado toda la semana paseándome la ciudad como si fuera un detective privado, con mirada suspicaz y con gabardina, caminando de puntillas. La lupa no me he atrevido a sacarla del bolsillo, pero la llevaba, para cuando apareciera mi bici, ya pintada y/o tuneada. La idea era rascar una esquina con una llave, hasta que apareciera la maravillosa pintura verde original. Y luego decir Voilà!.
Me he pasado toda la semana mirando de reojo a la policía, pensando que son unos inútiles engreídos con uniforme, porque si su trabajo no exigiera uniforme, la mayoría no querrían ser policías. He gastado 3 pares de zapatos recorriendo la calle en la que desapareció la bicicleta, con la esperanza ridícula de que apareciera de repente.
Así que al final, exhausta y descalza, me he quitado la gabardina de detective y me he ido a Decathlon. Y me he comprado la bici más barata que tenían. No la que yo quería, no la de sillín acolchado, manillar alto y pedales retráctiles. Me he comprado la más barata, la más sencilla y, sobre todo, la más discreta. Una bicicleta que nadie robaría, que nadie miraría 2 veces. Ni siquiera yo.
Es un asco tener cosas bonitas que le gustan a todo el mundo, vives siempre con el miedo a que te las roben. Como los novios guapos, que vienen de fábrica con doscientas buitres en el lote. Los sencillos, son sólo para ti.
Rodéate de cosas feas y serás libre (dijo sin demasiada convicción).
1 comentario:
Me dolió.
Creo que hace años esa hubiera sido mi forma de proceder. Hasta que descubrí que no hay rey que pueda quitarte u oxidarte tu corona.
Hoy solo me quedo con lo bueno para mi sino... como dice la cancion de Julieta Venegas:
"... No voy a llorar y decir, que no merezco esto porque, es probable que lo merezco pero no lo quiero, por eso me voy, que lástima pero adiós me despido de ti y me voy, que lástima pero adiós me despido de ti..."
Me gusto tu blog!
Publicar un comentario