martes, 25 de noviembre de 2008

Pis de Yonqui

Querido Sr. Yonqui,

Lamentablemente, no tengo aún el gusto de conocer su cara. Si la conociera, le estaría diciendo estas palabras
de viva voz. Es por eso que me dirijo a usted a través de esta carta que, siendo franca, no tengo demasiadas esperanzas de que vaya a leer. Entiendo que tiene usted otras ocupaciones difíciles de compatibilizar con casi todo. Pero, con suerte, espero que en algún momento de lucidez usted vislumbrará este papel pegado con celo en esta esquina a la que le ha tomado tanto afecto.

Verá, yo vivo justo encima de la esquina en cuestión. Me mudé hace pocas semanas, con la ilusión propia de quien arranca una nueva vida. Pero no tardé mucho tiempo en darme cuenta de que había un problema en el barrio. Usted.

No me malinterprete, no tengo ningún prejuicio con sus actividades intravenosas. Cada cual es muy libre de hacer con su sangre lo que le venga en gana. Soy de los que piensan que la calidad humana y la altura moral de una persona son completamente independientes de sus adicciones. Que sea usted un yonqui no impide que sea usted un ser humano bello y generoso, a la par que inteligente y sensible. Y, precisamente, apelo a su sensibilidad cuando le ruego que deje usted de orinar de forma reiterada en la esquina de mi portal.

Supongo que debe de existir algún motivo que le empuje a usted a elegir mi portal, y no otros. En este sentido, quería darle las gracias por habernos elegido. Es un portal elegante, pero nada pretencioso, con colorido y armonía. Yo también lo elegí por eso. Pero confío en que entenderá que su reiterada actividad urinaria no contribuye en absoluto a mantenerlo en condiciones. El hedor que emana ya es incompatible con la respiración. Además empieza a teñirse de amarillo oscuro la esquina a la que usted le ha tomado tanto cariño.

Es por esto que, después de habernos reunido los vecinos y haber realizado las votaciones pertinentes, hemos decidido por mayoría absoluta comprarle a usted un orinal. No tiene más que entrar en el portal y pedírselo a Jacinto, el portero, que se lo entregará de mil amores.

Sin intención de robarle ni un poco más de su precioso tiempo de yonqui, le saluda, etc.

5 comentarios:

ace76 dijo...

Jajaja.

Lo que me temó es que no servirá de nada. De hecho, el yonki se sentirá superofendido y romperá el orinal contra la puerta.

Anónimo dijo...

Has pegado el cartel de verdad? ¿indicando claramente cual es el portal? :O

Anónimo dijo...

Yo también he tenido algún problema portal-orinístico en mi casa. Resulta que un perro, mejor dicho, resulta que al dueño de un perro le encantaba la puerta de mi portal para llevar a su mascota a hacer pis. Yo no puse un cartel, no se me ocurrió la verdad, tome una actitud un poco más agresiva. Hice guardias en mi balcón y cuando localicé al sujeto y me hice con sus horarios empecé a esperarle con vasos de agua ansiosos de ser derramados desde mi balcón. Fue divertido y en tres días el dueño desconsiderado dejó de venir.

Mucha suerte con tu yonqui. Cuéntanos tus avances.

sergi dijo...

igual tiene incontenencia urinaria...jejeje

Peter Pan dijo...

Crees q deberia poner un cartel en la puerta de mi garaje???
Hay un "humano" q de vez en cuando nos deja un chorizo de 4 kilos en la puerta...