viernes, 31 de octubre de 2008

Yo sobreviví al Fin del Mundo



Ayer fue el 70 aniversario del programa de radio que recreó La Guerra de los Mundos, y que hizo que miles de personas perdieran los papeles. Y así, pensando-pensando, me viene a la cabeza un Momentazo Vital que me gustaría compartir con ustedes.

Era septiembre, poco antes de empezar el curso. Acabábamos de mudarnos de piso y, como no había clase, pasábamos los días
bebiendo cerveza, redecorando nuestra vida y, en definitiva, reforzando los pilares de nuestra joven República Independiente . Éramos felices.
Una tarde, tumbados mientras veíamos la serie de turno después de comer, se interrumpió la emisión para dar paso a un especial informativo. El presentador, con aire enigmático, explicó que se acababan de localizar varias naves espaciales tan grandes como Madrid, que se estaban colocando estratégicamente sobre diferentes ciudades del mundo. Mostraban imágenes de las naves, y un mapa que las localizaba con mucha precisión. Casi me me muero del susto.
Con un ataque de nervios que no soy capaz de describirles, me lancé hasta la ventana, convencida de que alguna de estas naves se debería ver desde allí. Miré y miré, pero nada. Después, me tiré sobre el mando a distancia y zapeé compulsivamente, buscando más información en otros canales. Nada. Vuelta a la ventana. Nada. Descolgué el teléfono y llamé inmediatamente a un amigo que trabajaba en un periódico, convencida de que él podría decirnos algo. Pero no sabía de qué coño le estábamos hablando. No me lo podía creer.
Ahí estábamos mi amiga, su novio y yo, de pie en mitad del salón, con un ataque de histeria brutal, venga a gritar "¿qué hacemos? ¿qué hacemos? ¿qué hacemos?". ¿Cómo se escapaba uno de una invasión extraterrestre global?
Me puse a llorar. Estaba ACOJONADA. ¿Qué iban a hacer los extraterrestres? ¿Cómo serían? ¿Iba a volver a ver a mis padres? En ese mismo segundo, sonó el teléfono. Era mi amigo, el del periódico: lo que habíamos visto en la tele era sólo parte de la promoción de una superproducción norteamericana sobre una invasión alienígena. Acabáramos.

Sólo si usted alguna vez se ha sentido ridículo, pero profundamente profundamente ridículo, entenderá de lo que les estoy hablando. Si no, no. Pero también puedo decir con orgullo que yo sobreviví al fin del mundo, y usted no.

miércoles, 29 de octubre de 2008


A T E N C I Ó N
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lunes, 20 de octubre de 2008


Esto del Facebook cada día se pone más divertido. Hoy me ha agregado Pedro Almodóvar. A ver si mañana hay suerte y me agrega Bruce Springsteen.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Mercedes Milá debería reinventarse a sí misma, como Madonna.

Si no fuera porque cambian las caras de los concursantes y retuercen las normas cada año un poco más, juraría que este país vive un único Gran Hermano interminable que dura ya 10 años. Una especie de Día de la Marmota a lo bestia.

martes, 14 de octubre de 2008

Caminar en Línea Recta


Siempre he tenido un conflicto muy serio con los figurantes con frase de la vida, y en particular con los que intentan venderte cosas. Pasar por la calle Preciados es una especie de odisea interminable. Ya nada los detiene: no importa que vayas con cascos, hablando por teléfono, cargada con 237 bolsas de la compra, llorando a moco tendido. Ellos van a tratar de pararte para que les escuches y te unas a su causa, para darte uno o varios folletos, para que visites su bar, o para venderte a su abuela. Pero ahora, eso se acabó.

Se acabaron los Hombres Anuncio y los repartidores de folletos. Gallardón ha propuesto modificar la Ordenanza Reguladora de Publicidad Exterior. Dice que ese trabajo es "vejatorio". Y se armó el Belén.

Seamos francos: la idea de poder pasear por el centro sin que te ametralleen es bastante guay. Hace tanto tiempo que dibujo curvas para esquivar a los figurantes con frase, que ya no me acuerdo de lo que era caminar en línea recta. Pero de ahí a que Gallardón decida lo que es digno o indigno para los demás... eso es muy diferente. Calculo que para muchos de ellos, ésa es la única opción de trabajo. Y también calculo que para ellos debe de ser bastante más "vejatorio" tener que mendigar. Francamente, es más "vejatoria" la propuesta de Gallardón que el trabajo en sí.

Me parece muy buena la sugerencia que han hecho desde otro partido: "un plan de empleo para recolocar a todos los hombres anuncio en empleos que a Gallardón le parezcan dignos". Mientras tanto, y hasta que a alguien se le ocurra una solución mejor, el resto nos manejaremos en ese territorio intermedio entre el agotamiento y la empatía, resoplando para dentro. A ver qué remedio.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Un Desahogo


Si alguno de ustedes tiene dudas acerca de la miseria de la condición humana, que se pase un rato por una comisaría. Allí hay dos tipos de seres miserables: los presentes y los ausentes.
Los PRESENTES son los señores funcionarios policías, que suelen ser una panda de acomplejados que eyaculan todas las mañanas cuando se ponen el uniforme. Tratan a los ciudadanos como si fueran unos imbéciles que están pasando el rato en la comisaría por diversión.
Los AUSENTES son los señores ladrones hijos de puta, responsables de que los ciudadanos tengan que ir a la comisaría a poner denuncias, como el valiente ejemplar que hoy le ha robado el bolso a una anciana diminuta a punta de navaja. O como el ejemplar que me duplicó la tarjeta y me vació la cuenta corriente. Señores ladrones hijos de puta, búsquense un trabajo. El de policía les iría perfecto: eyacularían todas las mañanas.

Y ahora, si me disculpan, me voy al balcón a gritar un rato.

Fe de erratas: La descripción de los PRESENTES se refiere exclusivamente a los señores funcionarios policías de la comisaría de Leganitos, porque los señores funcionarios policías de la comisaría de Chamberí (que conocí al día siguiente) resultaron ser ángeles misericordiosos inteligentes y leídos.