jueves, 31 de enero de 2008

COMO PUÑOS

Mi abuela dice que quiere votal al PP porque "el Zapatero ése da una birria de pensiones". Yo le digo: "Perspectiva, abuela, perspectiva". Y ella responde: "Pensiones, hija, pensiones".

Sólo espero que haya escuchado hoy La Opinión de Gabilondo en el informativo. Nosotros nos hemos quedado pegados a la silla, porque la verdad a palo seco es lo que tiene: es pegajosa.
A continuación, transcribo el texto. Pero les aconsejo que lo vean. Como puños son las que dice este señor a veces.

"Tenemos un problema, un gran problema: la desunión a propósito del terrorismo está llegando a extremos desoladores. Hoy, al cumplirse el décimo aniversario del asesinato del concejal sevillano Alberto Becerril y su esposa, obra de ETA, se han producido escenas como ésta: la familia de los asesinados y sus reproches al alcalde, socialista.

Esto es muy triste, pero hemos de añadir: y muy injusto, y muy inducido, y trabajado con demagogia para construir un relato de buenos y malos que está haciendo un daño incalculable, y que no se sostiene en la razón. Cuando el matrimonio fue asesinado gobernaba el PP, pero nadie reprocha nada al PP (y así debe ser). Los que gobernaban cuando fueron asesinados son recibidos con aclamaciones por familiares y amigos de la familia. Los actuales gobernantes, que no tenían ninguna responsabilidad, se han convertido en el chivo expiatorio.

Cuando gobernaba el PP, ETA mató a 86 personas; 25 en su primera legislatura y 43 en la segunda. Y los islamistas radicales, a 192 en el 11M. Sin embargo, el PP alardea de haber ganado la batalla a los etarras. Cuando gobierna el PSOE, ETA ha matado a 4. Y el PP le acusa de fracasar en la lucha antiterrorista.

Las víctimas del terrorismo con más fuerza simbólica son el asesinado Miguel Ángel Blanco y el secuestrado Ortega Lara, ambos víctimas de ETA cuando gobernaba el PP. Y el PP los considera sus trofeos. Zapatero no tiene, por suerte para todos, demasiadas víctimas que exhibir. Pero eso no le sirve para acreditar eficacia. La eficacia, al parecer, no tiene que ver con el número de muertos. Es algo que uno decreta, luego hay que repetirlo muchas veces hasta que, al final, cuaja. Mayor Oreja se hizo querer por su actitud en los funerales, los muchos funerales a los que tuvo que asistir. Rubalcaba no tiene apenas funerales en los que mostrar su pesadumbre.

¿No deberíamos preguntarnos dónde se demuestra la eficacia antiterrorista? ¿En los funerales? ¿En las manifestaciones? ¿O impidiendo atentados?. La unidad que añoramos será imposible mientras no se recupere la racionalidad, y es urgente hacerlo."


miércoles, 30 de enero de 2008



Cuando tengo el período no llego a fin de mes


Sigue la lucha por bajar el tipo de iVA que se aplica a tampones y compresas. Ahora, el PSOE promete recortarlo otra vez si gana las elecciones.

Es que el asunto tiene tela para cortar. Siempre se les había aplicado el 16%, que es el IVA general, el más alto.
A una lata de caviar o a las medicinas para animales se les gravaba menos, no les digo más. Indignante, teniendo en cuenta algo tan evidente como que es un producto de primerísima necesidad. Sin tampones y compresas, tendríamos que comprarnos ropa nueva cada 10 minutos y seríamos desterradas socialmente por ir sangrando patas abajo por la calle.

Se ve que allá por el año 2002 alguna cabeza pensante con capacidad de decisión lo bajó al 7%, que es "el reducido": por fin estábamos a la altura de los animales. Aleluya. Una casi se podía permitir tener la regla dos veces al mes. Pero ahora que Zapatero promete que lo bajarán hasta el 4%, "el super reducido", me voy a pensar los de tener la regla el mes entero. Hay que aprovechar las ofertas. (Aunque esto supone un dilema, porque también van a reducir el IVA de los condones, y aprovechar las dos ofertas a la vez va a ser complicado).

martes, 29 de enero de 2008

A QUIEN CORRESPONDA

Vengo a felicitar al responsable:

EL 29 DE ENERO DEL 2008 HA SIDO UN DíaRedondo. LES COMUNICO QUE HE QUEDADO SATISFECHA CON SU SERVICIO DE COMPENSACIÓN DE DÍAS, Y QUE DOY POR SALDADA SU DEUDA CONMIGO.

UN SALUDO.

lunes, 28 de enero de 2008

Cuando un chico te lleva a cenar y, a la hora de pagar, saca una cartera de este pelo...


... cuesta reconducir la libido.
(Que el sonido del velcro tiene un nosequé que te hace sentir
que te estás llevando a la cama a un quinceañero).


Vale. Me la SUDA lo que opinen ustedes, pero yo les juro que en mi altillo vive alguien más. Y algunas noches me toca los huevos y no para hasta que me voy. 3:43 de la mañana y yo con los ojos como platos. En el salón, por supuesto.

sábado, 26 de enero de 2008

¡Alegría, Alegría!


He elegido el mejor día para ver Funny Games. Como hoy tenía un sábado de los de pocas palabras, me he alquilado la película más amable y optimista que tenían en el videoclub: me he ido al mostrador, le he pedido cuarto y mitad de alegría, en lonchas finas, y me ha dado esta película. Mentira. La he elegido yo misma porque hacía tiempo que quería verla y porque, en el fondo, me va la marcha: si estoy triste, quiero estar más triste.
De M. Haneke sólo había visto La Pianista, que me dejó agarrada al sofá con las veinte uñas. La secuencia de la bañera y la cuchilla se me quedó grabada a fuego.
Y ahora, esto. Qué barbaridad, que crudeza, que fiesta de dolor.
Véanla. Para mí, lo más inquietante desde el segundo uno: los guantes blancos.
No entraré en análisis intensos. Pero hay una pregunta, que aún siendo la de siempre, no puedo dejar de hacerme después de ver esta película: ¿Por qué habrá aceptado Haneke hacer un remake (que parece casi idéntico al original) con los yanquis diez años después? Es como lo de las versiones en la música: si no vas a aportar nada a la canción original, no te molestes en sacar la guitarra de la funda. Qué pérdida de tiempo.

miércoles, 23 de enero de 2008


Queridos seres humanos del sexo masculino:

Hoy les voy a contar un secreto que, al parecer, es monopolio de las mujeres. Definitivamente, ha llegado el momento de hacerlo universal.

La suciedad no discrimina.

Cuando uno se anima a hacer limpieza en casa, debe limpiarlo TODO. "Cariño, ¿a la figurita ésta también hay que quitarle el polvo?". Sí. Y también al teclado del ordenador, a la base de la lámpara, a los dvd-s, a la tele, al tiesto de la maceta, a las velas. A TODO. No se trata sólo de barrer el suelo en las zonas donde no hay muebles, ¿estamos?

Y la cocina: ese mágico mundo al que llamamos cocina se rige por las mismas reglas. "Cariño, hoy friego yo", en la jerga masculina significa: "cariño, ya mojo yo los platos". ¿El resultado? Los platos húmedos en medio de una cocina que es una fiesta de grasa y otras variantes.

La cocina se compone de muchos más elementos que la pila. Podrían ustedes quizá limpiar también la vitrocerámica (preferentemente con ese producto específico al que llaman Vitro Clen), y pasar un poco las baldosas de los alrededores. Tengan en cuenta que las gotas de aceite de las salpicaduras se convierten en gotelé si no se limpian con relativa frecuencia, y luego sólo se quitan con motosierra. Se me ocurre que también conviene pasar un poquito la puerta del frigorífico de vez en cuando ("¿Pero eso se limpia, cariño?". "Sí, mi amor, se limpia"), el microondas, el horno...

Con el tiempo, he llegado a la conclusión de que ciertos especímenes del sexo masculino tienen el superpoder de ver a través de la suciedad. Es lo único que le da sentido al hecho de que elijan no limpiarla.


Pd.: Este post habla en términos generales, y no pretende crear un debate sobre tópicos de género.


Hace tiempo, serpenteando por los blogs del mundo, fui a dar con uno, muy pequeñito, que me tocó. Mucho. Una mujer viuda de 60 años que grita en el desierto porque se siente sola. Casi nunca escribe. A veces, me pregunto si ya ha dejado de escribir definitivamente, o si algún día lo retomará. Supongo que se habrá cansado de gritar al aire. Yo, por si acaso, me paso de vez en cuando, que a lealtad (bien o mal entendida) no me gana ni Lassie.

martes, 22 de enero de 2008

Mucho Espacio



Hay gente que ocupa mucho espacio. Todo el espacio.
Usted está tranquilamente, tomando un café con una o varias personas. Hay un clima, un tono, un tema de conversación definidos. Entonces, llega alguien a la mesa y ocupa todo el espacio: cambia el clima, el tono, el tema. Todo cambia, todo se altera. Estas personas no se adaptan a lo que se encuentran: imponen su mundo, y el resto se acopla.
Normalmente, es gente con mucha energía, que gesticula mucho y muy grande, y que tiene tendencia a hablar muy alto y muy deprisa. Aunque a veces pueden llegar a ser muy irritantes, en general, no suelen generar rechazo. Al revés: los demás suelen callar y escuchar, entre perplejos y admirados.
Son animales sociales.
Después, en la intimidad, estas personas cambian por completo. Son mucho más calladas y receptivas, capaces de empatizar fácilmente. Desconcierta un poco el cambio. Tengo algunos buenos amigos que son auténticos y genuinos animales sociales.
Pero también está la gente anónima que ocupa mucho espacio. Son esas personas que, en el videoclub, se colocan delante de usted para mirar las películas y le tapan por completo la visión, como si usted no estuviera ahí. O esas otras personas que, cuando usted está por salir de una tienda, entran enérgicamente por la puerta sin buscar siquiera contacto visual. O esos otros que, mientras a usted lo están atendiendo en la Fnac, golpean al señor dependiente en el hombro para preguntarle por la última película de Ang Lee.
Todas las personas del mundo que ocupan mucho espacio, todas, tienen en común una cosa: ignoran que el espacio es limitado, y que cuanto más espacio ocupan ellos, menos espacio dejan a los demás.


lunes, 21 de enero de 2008

El lado izquierdo

Esto lo aprendí al llegar a Madrid: Cuando vas en una escalera mecánica, es de buen ciudadano colocarse en el lado derecho, para que los otros ciudadanos de bien puedan adelantarte por el lado izquierdo.
Como yo soy de aprender rápido, y como la ciudad me ha absorbido, ahora ya me irrita la gente que se coloca en el lado izquierdo. Me parecen insolidarios y egoístas. No puedo evitar resoplar cuando me los encuentro en el camino.
Imagínense la cara de las señoras a las que les pido paso en las escaceras mecánicas del súper del barrio cuando voy a Donosti: piensan que me he caído de una nave espacial.

PD: ¿En Gran Bretaña será al revés? ¿Adelantarán por la derecha?

viernes, 18 de enero de 2008

Supervivientes

La idea de tener que encontrarme en mis zapeos demésticos con un montón de pseudofamosos en bolas, con la piel más curtida que la de mi bolso nuevo, huesudos, peleándose por una banana y teniendo conversaciónes metafísicas de peluquería mientras espantan mosquitos... me pone de mala hostia.

jueves, 17 de enero de 2008

ElMusical

Los musicales son un género fascinante. Fascinante.
La mayoría de gente dice "Uf, yo cuando se ponen a cantar, le doy p'alante". Yo le suelo dar p'alante cuando no cantan.
A mí se me pone cutis de ave con los números musicales. En general, se me pone cutis de ave cuando veo a mucha gente haciendo lo mismo a la vez. Y en los números musicales, esto pasa a menudo. El prota en primer término, cantando. Detrás, los figurantes pasan a ser, de golpe y porrón, bailarines y coros. Placer extremo.


The Newsies


Lo mejor, lo mejor del mundo es cuando la canción hace avanzar a trama. Esto no pasa mucho. Normalmente, la historia se detiene, y el número musical es una especie de paréntesis. Pero otras veces, la letra de la canción es acción. El actor está hablando y, a mitad de frase, empieza la canción, luego para y sigue hablando, y luego vuelve a la canción. Para mí, el colmo de la genialidad consiste en que las canciones sean versiones de temas conocidos, y que estén tan bien metidos en la historia, que además, hagan avanzar la trama. Moulin Rouge es el máximo exponente de esta maravilla.




Y, por supuesto, están los clásicos, con sus temas originales perfectamente insertados, como esta joyita de la vida:



My fair lady


Y es que, en un musical, lo más delicado son las transiciones entre el número musical y el resto de la secuencia. Si no son fluídas, la magia se va a la mierda. A veces, el decorado y el vestuario cambian de golpe al arrancar la canción, y lo que pasa es que número parece sólo una ensoñación del protagonista. Luego, cuando acaban de cantar y vuelven a la secuencia, se comportan como si la canción no hubiera pasado. En general, yo no soy muy partidaria de esta opción. Pero, a veces, se han hecho cosas muy chulas así.



20 centímetros


Otras veces, no.



Paco y Veva


En cualquier caso, como en casi todo en la vida, la clave está en que no se vea el truco. Yo quiero creerme que el tipo está cantando, me la suda de dónde sale la música. Quiero creerme que siente lo que canta, que dice lo que canta. Quiero creerme también al bailarín de atrás, a la abuelita que pasa por ahí y añade una frase o menea el paraguas. No quiero hacerme preguntas mientras lo veo. Y esto, no siempre se consigue.




Por qué se frotan las patitas

miércoles, 16 de enero de 2008

Demos gracias. El COE ha echado para atrás la letra del himno nacional.

A ver si hay suerte, y mañana echan para atrás el himno entero.

Viva España! (¿Franco? ¿Estás ahí?)
Cantemos todos juntos (paso, soy solista)
con distinta voz
y un solo corazón (no veo a Zapatero y Zaplana compartiendo corazón, no lo veo)

Ama a la Patria (¿Eso cómo se hace? ¿Besando un tanque?)
pues sabe abrazar, (¿Mande?)
bajo su cielo azul, (Azul oscuro casi negro, contaminación mediante)
pueblos en libertad (Sí: libres y mileuristas)

¡Viva España! (Ya te hemos oído la primera vez)
desde los verdes valles (Esto lo escribió antes de los incendios)
al inmenso mar, (Lleno de pateras)
un himno de hermandad (La hermandad del Euribor, supongo)

Gloria a los hijos (¿Los hijos de quién?)
que a la Historia dan (Atención: pone Historia con mayúsculas, pero libertad con minúsculas)
justicia y grandeza
democracia y paz (Me aburro, me aburro, me aburro)


Lo bueno de esta letra es que está tan hueca, que vale para cualquier país.

martes, 15 de enero de 2008

JOYITAS DE LA VIDA

ElOtroLado


Esta tarde he estado en RNE3. Me he sentado delante del micrófono, me he plantado los cascos. Ha empezado el programa. Todo normal. Entrevista estándar, preguntas estándar. Todo normal. Pero entonces, ha salido a colación que me licencié en periodismo antes de lanzarme al vacío de la profesión que ahora ejerzo. Mal asunto.

El señor periodista, al escuchar esto y en un arrebato creativo, me pregunta: "¿Te gusta jugar?" Y yo: "Me encanta jugar". Él: "¿Jugamos?". Y yo: "Por favor, juguemos". Y él, por fin: "Pongamos que yo no estoy, pongamos que tú conduces el programa. Entrevista tú a Manuel y a Eduardo". Mal asunto.

La radio nunca fue mi fuerte. Para mi sorpresa, en ese momento se me ha venido a la cabeza, como un bofetón, la imagen del profesor Don A.F., director del Departamento de Radio en la Universidad (consupanselocoma). ¿Cómo se lo describiría yo sin traicionar a la verdad? Un cabrón. Sí, es bastante aproximado. Era un señor canoso que aperecía en los estudios de la facultad de cuando en cuando a sembrar el pánico. Se plantaba delante del cristal y se ponía a hacer gestos bruscos y oscilantes, que sólo eran comprensibles en su particular microcosmos, y que le hacían retroceder varios eslabones hacia el mono.
Un señor-ogro que hacía que se te pusieran los ovarios de pendientes. Estaba más preocupado por su potestas que por su autoritas y, evidentemente, no recuerdo haber aprendido nada útil de él.

Por un momento, y tantos años después, hoy he mirado al cristal y les juro que lo he vuelto a ver ahí, ceño fruncido, haciéndome gestos.

viernes, 11 de enero de 2008

HimnoNacional

Lo que te une a una persona,
te separa de otra.

Esto es así. Aquí y en Sebastopol. Ley de vida.

Ahora parece que tenemos letra para el himno nacional. Me la suda. No la he leído aún, pero lo poco que he escuchado en los informativos suena rancio y manido: palabras enormes que están huecas.
Parece que los ciudadanos celebran poder cantar (y no sólo tararear) el himno. Parece que les hace reafirmarse en su nacionalidad, sentirse más unidos a sus compatriotas. Lo que parece que no ven es que los himnos (como las banderas) te separan de un número infinitamente mayor de personas que a las que te unen.

lunes, 7 de enero de 2008

Cántate algo, Cantat

Por algo me quité de periodista: nunca me entero de nada. Hasta los 12 años no me enteré de que la del espejo era yo.


Resulta que Bertrand Cantat, el líder del grupo francés Noir Desir, salió de la cárcel en octubre. Algunas voces dicen que salió sólo con un permiso navideño, otras dicen que ya está en la calle, en libertad condicional.
Por si hay algún despistado de los míos, explicaré que este hombre ingresó en prisión por matar a su chica de una paliza. Fue una historia muy sonada, porque ella era una actriz conocida, de una familia de cineastas y demás elementos polemizantes. Se ve que, en una discusión por celos, a él se le calentó la mano y le dio 4 ó 5 bofetones que la dejaron en coma. Murió unos días después. Todo esto pasaba en Lituania, donde ella estaba rodando una peli a las órdenes de su madre. Muy tremendo.
Después, llegaron los libros: el de la suegra, explicando que su yerno era un demonio; el del hermano, explicando que era un ángel. Las ventas del grupo subieron. Las chicas hacían pintadas en los muros de la cárcel pidiéndole matrimonio a Cantat.
La verdad, polémicas aparte, es que el muchacho tiene un aire de enfant terrible abrazable que es como miel para las moscas, y que desde luego explica la locura de sus fans. Y su boca, una de esas bocas estrechas que te comes de un mordisco. Todas debían de pensar: "pobrecito mío, yo te entiendo, yo te cambiaré". Las mujeres somos así, de manual. Nos enamoramos del chico malo, porque estamos convencidas de que nosotras podremos cambiarlo.
Llámenme BrujaLola, pero yo creo que va a haber una guerra civil cuando den el primer concierto después de que haya salido de la cárcel: la gente matará a su vecina del 4º por una entrada. Y el pobre Cantat se abrazará las rodillas sentado en su camerino, desorientado y confuso,
con la culpa taladrándole la cabeza, y sin poder entender cómo funcionan los engranajes de este planeta de pirados.

viernes, 4 de enero de 2008

Yo me hago la dura y sonrío con picardía, pero cuando mi ex me habla de su amiga, aún se me juntan las paredes.
Lo peor de un "ex" es que es un cargo vitalicio.



miércoles, 2 de enero de 2008

S.O.S.
MI REINO POR UNA ENTRADA PARA EL CONCIERTO DE THE CURE.
Si saben a quién hay que agasajar para conseguir una, me lo indiquen aquí, por favor. Yo sola no lo consigo.


ES TRISTE DE PEDIR,
PERO MáS TRISTE ES DE COLARSE.

TERRORISMO de baratillo


Nochevieja. Bataplán, la discoteca más pija de Donosti. (Y en Donosti, el concepto "pijo" cobra un sentido nuevo, como elevado al cubo). Los post-adolescentes con posibles, emperifollados hasta las entréculas, se dan cita allí para celebrar el cotillón de moda.
Pues bien, este año se dio un aviso de bomba a las 11.30 de la noche en esa discoteca. Cordón policial a uno o dos km a la redonda. Alrededor, cientos de encorbatados imberbes y sus damiselas indignadas en estado de congelación avanzado. Ellos, y otros tantos que querían (como yo) cruzar el paseo de La Concha para celebrar la nochevieja cada cual a su manera. No poder atravesar el paseo de La Concha es una putada con mayúsculas, las opciones de desvío alternativo que quedan son pocas y muy malas. En resumen: no existía bomba alguna, pero nos estropearon la noche a muchos.
Estoy segura casi en un 100% de que el gracioso que llamó dando el aviso poco tenía que ver con ETA. Probablemente, era algún crío resentido que se quedó sin entrada para la fiesta. Y es que, en Euskadi, esto es más frecuente de lo que cabría esperar.
Mis amigas iban a una ikastola abertzale radical (es sólo una manera simplista de explicarlo, pero no pienso meterme en harina) y allí era habitual que algún alumno llamara dando un aviso de bomba con el único objetivo de no tener que ir a clase y poder aprovechar los últimos rayos de sol del veranito en la playa, o de escaquearse de un examen incómodo.
Esto funcionaba así. Y parece que hemos vuelto a las andadas. Me quedo muerta al ver cómo la gente es capaz de frivolizar con ciertos asuntos.