domingo, 30 de septiembre de 2007

NoEntiendo


No sé mucho de política, no comulgo con ninguno y cambio de cadena cuando asoman políticos (humanos y guiñoles) en la tele. No quiero gente chunga en mi casa.

Pero, como es lógico, me he enterado de la consulta que Ibarretxe planea hacer el próximo año, y de todo el revuelo que se está montando. Y no lo entiendo. Francamente, se me escapa. ¿Cómo puede ser que sea ilegal/anticonstitucional hacer este tipo de consultas al pueblo? Hasta donde sé, esto era una democracia.

¿Dónde está el límite? Quiero decir: ¿Es ilegal hacer todo tipo de consultas, o sólo las que se refieren a determinados temas? Porque, por ejemplo, ¿también sería ilegal preguntar al pueblo vasco si quiere una red de trenes de alta velocidad que unan las tres (cuatro) capitales?

Puedo entender que el Gobierno Central se haga caquita con la iniciativa de Ibarretxe, más si el resultado de esta consulta fuera vinculante. Pero es que, de hecho, no va a serlo.

¿Es posible de verdad que el Estado grite sin vergüenza que no le interesa siquiera conocer la opinión de sus ciudadanos (y que a todo el mundo le parezca normal)?

No entiendo nada.

(Me acuerdo de Saramago y de su Ensayo sobre la Lucidez, que me pareció un tostón, pero que de repente cobra sentido, pero mucho sentido, todo el sentido)


viernes, 28 de septiembre de 2007


Los hay que quieren cosas extravagantes.
Yo quiero que me quites el pelo de la cara y me digas verdades como templos a un cetímetro de distancia.
Soy mujer de gustos sencillos.
Por lo demás, todo bien, gracias.

miércoles, 26 de septiembre de 2007


El hombre es el único animal que tropieza 2 veces con el mismo restaurante.

lunes, 24 de septiembre de 2007


Hay quienes me tachan de pesimista. Yo creo que la palabra "escéptica" es más adecuada.

Nunca me he creído mucho los halagos, me da que más tienen que ver con la inseguridad del que los dice que con la sinceridad: muchas veces, la gente te dice cosas bonitas porque creen que tú esperas que te las digan, y no se atreven a no decirlas, como si les diera miedo el silencio. Pero yo no lo espero. De verdad que no. Por eso, cuando aparecen estos cumplidos yo me pongo nerviosa, sonrío, pero me dan ganas de salir corriendo.

Hablo de esto porque hace un par de días se presentó en San Sebastián una película que no gustó nada. Nada. Pues nadie lo hubiera dicho: al acabar la proyección, todo eran vítores, aplausos y cumplidos. El equipo de la peli se fue encantado a la cama, convencido de que había sido un éxito. "Ha ido superbien, ha gustado mucho", me decía una de las actrices. Pero las lenguas hablaban pestes por los rincones. Algo bochornoso.

He visto cosas como ésta las suficientes veces como para convertirme en una escéptica de las de carné. Ni setecientas personas haciendo la ola me convencen ya. Y no me importa que mis compañeros me llamen pesimista-negativa-aguafiestas. Ya sólo creo en los comentarios que la gente hace cuando creen que no les escuchas.

miércoles, 19 de septiembre de 2007


Mañana a Donosti. Dos maletas. Voy a tener que facturar y me tiemblan hasta las entréculas.

La única vez que facturé viniendo desde Donosti me perdieron la maleta. ¿No hay gente que da la vuelta al mundo 20 veces sin que se la pierdan? Pues a mí me la perdieron en un trayecto de 45 minutos sin transbordos.

No, en serio, ¿por cuántas manos pudo pasar mi equipaje en ese rato?


1. Azafata de aeropuerto que facturó la maleta.
2. Técnico en carga de maletas de Fuenterrabía.
3. Técnico en descarga de maletas en Barajas.


Hace falta talento. Ole, ole y ole.

lunes, 17 de septiembre de 2007

MartaSanchez y Las Onanistas


El otro día, en uno de mis paseos consumistas de AVerQuéPillo, me metí en el siempre recurrente Versache&M. Que si no es un trapito, es otro, o si no una mascarilla facial de a un euro... el caso es que siempre sales de ahí con algo.

Cuestión, que mientras pasaba el rato moviendo las perchas de sitio, de repente descubrí a Marta Sánchez entre la gente. Cambia mucho vestida de diario la muchacha, y tardé en darme cuenta de que era ella. Acababa de pagar su compra y ya se disponía a salir de la tienda, pero se ve que se había olvidado algo en la caja, y la cajera la llamaba OyeOyeQueTeDejasEsto. Se había olvidado unas pestañas postizas (sí, también venden pestañas postizas en Versache&M, esta tienda no conoce límites). Así que volvió, las cogió, y se marchó.

En cuanto se alejó, empezó el despelleje. Se juntaron las 2 cajeras y otras 3 ó 4 dependientas y empezaron a ponerla a caldo. Que si qué cacho de trasero, que si parece un tamagochi, que fíjate tú, que usa pestañas postizas, qué fuerte. Y yo las miraba fijamente, esperando que alguna de ellas detectara que quería que me cobraran, pero estaban como hipnotizadas en su concurso de ingenio contra esa pobre Marta Sánchez. Que si el pelo lo lleva sucio, que sí, y cómo ha envejecido, nena, parece lino sin planchar.

Y yo sólo pensaba que, en cuanto acabaran su conversación, se iban a turnar para meterse en el almacén a masturbarse de una en una, o por parejas, de lo contentas que se las veía de tener por fin algo que contar en sus sobremesas con sus pandillas de Brónxtoles y Alcorqueen.

jueves, 13 de septiembre de 2007

TOROS


Sólo he estado una vez en los toros. Ciñéndome a la estricta jerga taurina, diré que me intentaron llevar varias veces de la oreja, pero acabé yendo por un rabo.

Estaba sentada como en cuarta fila. Ni idea si era sol, sombra, o solYsombra. Pero lo cierto es que empezaron a pinchar al animal por todos lados y el pobre se hacía pis encima del miedo que tenía (tampoco era cosa de que se fuera al baño, pero ya me entienden). Yo no daba crédito. El corazón se me aceleraba por momentos. Por fin, el torero le clavó al animal un pedazo de espada más grande que él, y se desmoronó a apenas 10 metros de mí. Y no sé qué pasó, pero mi cuerpo se rebeló: empezaron a caerme lágrimas como puños, se me cortó el suministro de aire, me temblaban las manos, y tuve que levantarme y salir de ahí inmediatamente. No habían pasado ni diez minutos desde que me había sentado.

A lo que voy es que yo no he DECIDIDO que no me gusten los toros. Mi aversión no tiene que ver con principios morales elaborados con la cabeza (que también). Es mi cuerpo el que ha decidido de forma independiente y unilateral, sin posibilidad de diálogo, que es una atrocidad insoportable.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

NO COXIS NO MORE


No me gusta presumir de ciertas cosas, pero es un hecho: me he dado cuenta de que tengo un equilibrio prodigioso.

Por eso, en el gimnasio, me da por ponerme a prueba. Mientras corro en la cinta, me lío a mirar para un lado y para otro, para arriba y para abajo. Y así paso el rato. He descubierto que soy capaz de ver un videoclip entero en la televisión, que está a la izquierda de las cintas, sin parar de correr a 9 km/h.

Pero ayer no. Ayer me pasé de lista. Me puse a secarme el sudor de los ojos con la toalla mientras corría, y me regodeé demasiado. No perdí el equilibrio, eso no, pero se ve que bajé la velocidad sin querer. Para cuando me quise dar cuenta, estaba en el suelo con las piernas mirando a Cuenca, el coxis incrustado en el suelo y la toalla tapándome la cara. Una imagen para los anales de la historia.

No me pude mover en un rato. Estaba demasiado concentrada intentando mimetizarme con las baldosas para no tener que dar la cara.

lunes, 10 de septiembre de 2007


Como Meredes Milá empiece otra vez con su campaña antitabaco, me tiro por el balcón encadenada a un cartón de Ducados. Y que sea lo que Dios quiera.

miércoles, 5 de septiembre de 2007


Debieron de estar un mínimo de 5 personas reunidas durante, al menos, 3 días para decidir qué nombre ponerle a su producto . Y el resultado fue DepilDuch.

D-E-P-I-L-D-U-C-H.

¿En serio pensaron que quitarle la "a" a la palabra "ducha" era la clave del éxito?

¿Cuáles serán las opciones que descartaron?

lunes, 3 de septiembre de 2007

SuperFan 2007


Hoy, Supermodelo2007.

Sí, lo veo. Lo voy a ver. Y me voy a echar unas risas. Todas las que pueda. No me pararé a hacer valoraciones: ni morales, ni de contenido, ni nada. Me limitaré a hincharme a comer y a descojonarme.

Este año, todavía, el equipo técnico sigue siendo de prácticas. No me jodas, no he visto tantas meteduras de pata ni en la gala de los Premios Kino de la Universidad de Navarra. Los de sonido son sordos, el equipo de realización es de la ONCE, y J. Mascó hace más pausas que un mimo (por Dios que alguien le quite el teleprompter a esta mujer y le explique urgentemente que no hace falta representar los puntos y las comas). Pero yo no haré valoraciones. No.

Sólo he venido a hablar de Cristina, la profesora de estilismo, ahora ascendida a directora de la Academia. No voy a negar lo evidente. La veo por la tele, desde mi humilde sofá de la vida real, y me parece una freaki de las de carné. Esos modelismos imposibles, esa fusta como de Toys"R"Us, los andares. Todo. Todo conduce al error.

Cristina, además de estilista, es actriz. La conocí en un curso de interpretación hace años y me conquistó desde el segundo uno. Es excéntrica, sí, y también inteligente, abierta y cariñosa. De esas personas a las que te pegas, porque sabes que con ella tienes las risas aseguradas. Y me dio los mejores consejos de sexo que he recibido en mi vida, ¿qué quieren que les diga?

Superfan.

Y por supuesto, antes de despedir este post, el más trascendental que he escrito en mis años, TENGO que mencionar a LaConcursante: Raquel. Fea, porque es fea. Redicha, porque lo es. Afectada. Cursi. Un circo. Pero, como hoy la cosa va de NoTengamosPrejuiciosConLoQueVeamosPorLaTele, quiero pensar que la pobre sólo se está equivocando. Mucho, eso sí. Y casi casi todo el rato.

domingo, 2 de septiembre de 2007

TORTILLA




Algunos hablan de karma. Yo prefiero llamarlo tortilla.

Es una locura la capacidad que tienen la tortillas para darse la vuelta. Todas se dan la vuelta siempre, antes o después.

Unas dan giros más sofisticados, con doble pirueta mortal y demás figuras al vuelo, y por eso tardan más en caer del revés. Ésas asustan menos, las ves venir. Pero otras no. Otras dan un solo giro sobrio, rotundo y súbito, como un sopapo con la mano abierta. Y ahí te quedas, mona, con la boca de par en par.

Y ya que tengo la boca abierta, póngame usted un pintxo, camarero. Doble. Y con bien de pan, para empujar el susto.